sábado, 22 de febrero de 2014
LA HISTORIA DE LA VIEJA QUE ESCRIBIA
Cuenta la leyenda de una vieja que dormía en una pequeña cabaña en lo alto de la montaña
no tenia dinero, ni hijos , ni nada;
y como nada tenía pensó que nada necesitaba
Una tarde cualquiera la vieja sintió deseos de bajar de su montaña
y al bajar observo espectáculo alguno que antes nunca vio
Los animales del bosque muy felices ella vio
riendo y cantando en grupo ; si señor
La vieja no vio a nadie con quien pudiera conversar
y de repente sintió un hondo pesar
No sabía explicar lo que a ella le pasaba
solo sintió que su vida era vacía...y que algo le faltaba
Quería lo que los demás tenían
mas como siempre solitaria fue en su vida
no sabía como tener compañía
Esa tarde la vieja muy triste se puso a llorar su soledad
sin sospechar siquiera que alguien la miraba detrás
Eran unos gnomos pequeños que despacito se acercaron y a ella preguntaron porque lloraba aquel día
ella les conto su malestar
los gnomos la consolaron diciéndole que el mundo que ella quería se encontraba del otro lado de la montaña donde ella vivía
Que solo bastaba que bajara de su montaña para darse cuenta del espectáculo que era la vida
pero le advirtieron que la amistad era un don preciado que había que regarlo día a día
Ella se sintió mal porque era ermitaña y no sabia con la gente hablar
y los gnomos le dijeron que escribiera poemas para alegrar a los demás
que intentara hacerlo al fin al cabo que podía pasar
La vieja se dispuso a escribir uno, dos, miles de poemas salían de sus manos sin cesar
y llena de alegría los lanzo al aire un día, esperando que los leyeran los demás
La gente que los leyó les alegro el día
eran bellos algunos dijeron
pero lo importante fue que se dieron cuenta que la vieja existía
Muchos querían con la vieja hablar
pero ella como en la montaña vivía era tarea difícil de lograr
Por ello la vieja tuvo que bajar de su preciada montaña y lo hizo sin pensar
cuando la vieja bajo sus ojos se nublaron de alegría
al ver que los demás la cobijaron con su compañía
Tan feliz fue la vieja que nunca más volvió a la montaña a vivir
y desde luego jamás dejo de escribir
JULIE M. M
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